Dios rápidamente me respondió... "¡Tú eres el problema!" Fue una respuesta que no esperaba escuchar, teniendo en cuenta que era yo la que preguntaba. Cuando no escuché nada más, decidí responder y busqué una conferencia donde pudiera aprender cómo ser una mejor líder. Quería saber cómo reconocer la gracia de Dios en medio de la dificultad, la división y, a veces, la desesperación. Fue entonces cuando fui expuesta a la herramienta de coaching. 

No fue un ajuste fácil. El coaching es un paradigma de liderazgo completamente diferente al que había estado expuesta antes. 

 Y, sin embargo, cuando comencé a practicar y disciplinarme intencionalmente para creer que: 1) tenía una mejor oportunidad de ver el cambio desde una posición de influencia que desde una posición de autoridad, 2) el cambio es posible no a través de proporcionar más información, sino descubriendo el punto de motivación y trabajando desde allí y 3) las personas pueden resolver sus propios problemas, ¡me convertí en una creyente en el coaching!

Te estoy ofreciendo la misma oportunidad a tí. Aprender las habilidades básicas de coaching que me ayudaron a identificar la gracia de Dios obrando en mí y en los demás.